Regla número 1: nunca des tu confianza a los que te demostraron que no la merecían. Regla número 2: las segundas oportunidades nunca funcionan. Regla número 3: nunca quieras a alguien más de lo que él te quiere a ti. Regla número 4: nunca seas demasiado optimista. Regla número 5: nunca esperes más de lo que realmente pueden darte. Regla número 6: no busques el amor, solo si te encuentra él a ti puede llegar a ser verdadero. Regla número 7: la obsesión no es amor, no te confundas. Regla número 8: los adolescentes no te aman, les pones. Regla número 9: lo siento, las casualidades no existen. Regla número 10: nada es imposible, es simplemente improbable.
Miro a mi al rededor buscando algo y porfín encuentro el único radiador del cuarto. Me acerco y lo toco. Helado.
Es una sala oscura, con apenas luz, sin muebles, ni lámparas, ni camas, ni sillones, ni tele, ni nada. No hay nada, está vacía. Siento miedo. Estoy sola. Tengo miedo, jopé…
Y de repente llega él y con su llegada lo ilumina todo, lo enciende todo, aparecen mil lámparas de 5000W, toda la habitación se amuebla en un instante, el agua caliente corre por el radiador, todo está listo. Este lugar es precioso, ¿cómo no me había dado cuenta antes? Cierro los ojos y respiro hondo. Siento su aliento sobre mi nuca, y esa sensación de calidez. Le quiero. Le quiero más cerca. Y cuando todo parece perfecto y me empiezo a dar la vuelta hacia él, todas las bombillas se funden de un golpe, se oyen cristales explotar en la oscuridad, las ventanas se abren dejando pasar el viento, la nieve, el invierno. Todo ha desaparecido.
+Qué te pasa? He hecho algo mal ahora? -No… +Entonces? -No, ahora no has hecho nada mal. Pero… +Pero qué? No estás feliz ahora? -Claro que estoy feliz ahora. +Entonces qué es lo que ocurre ahora? Creí que estábamos bien. -Estábamos… Quiero decir, contigo un día estás en el infierno y al siguiente en el cielo. Y esa incertidumbre de qué pasará mañana me está matando.
Esta es una entrada para mi bichito que es muy nerd y quiere que le ponga en mi blog (como si no estuviera ya bastantes veces) y que sabe que le quiero musho :)
"three words, eight letters. say it and i'm yours."
-No todo lo ricoengorda, no todo lo bueno es pecado.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Hoy me he despertado a las 6:50 de la mañana, esperando tener que levantarme, vestirme, desayunar e irme corriendo al colegio. Ha sido horrible. Esa sensación de monotonía, de que los días laborales nunca se acaban y he pensado: ojalá hoy fuera fiesta. Y hasta que no he tenido la valentía de levantarme hasta mi calendario de adviento para coger la chocolatina de hoy, no me había dado cuenta de que hoy era Jueves 8 de Diciembre.
Muchas veces decimos: este chico me gusta, este otro me pone, ese de allí está para comérselo… Hasta llegamos a asumir que estamos enamoradas de un gilipollas por el que lo único que sientes es atracción.
Es así. Siempre.
Siempre… hasta esto, claro. Y es que solo de pensarlo me late el corazón más rápido que nunca.
Es verle y sonreír como una tonta.
Es estar un minuto (lo juro, solo aguanto un minuto) sin hablarle y empezar con mis paranoias.
Es levantarme cada mañana únicamente porque me despierto pensando en él.
Es verle de lejos (hasta con mi malísima vista) y sentir un escalofrío recorrerme toda la espalda.
Es entrar en clase con la resolución de escuchar mucho y salir dándome cuenta de que no me he enterado de nada.
Es hacer cualquier cosa que no sea hablarle y tener que hacerla a toda velocidad para coger la black lo más rápido posible.
Es sacar malas notas, por no poder pensar más que en él.
Es no hacer los deberes por contarle cualquier cosa importante para mí e insignificante para el resto.
Es… pero, qué es? Nunca antes he sentido esto, de verdad.
Y por muy rosa que parezca la vida ahora, sé que me va a tocar sufrir más que en toda mi vida.
Es, que me quiera hoy y me olvide mañana.
Es… joder, no puede serlo. No, no estoy enamorada. Y por querer negarlo, le estoy perdiendo.